Las emociones están presentes en toda acción humana y no las podemos elegir ni tampoco las podemos fingir ya que el mismo cuerpo las hace evidentes.

Es decir, percibimos una realidad, la interpretamos de acuerdo con nuestra experiencia y el cuerpo reacciona de cierta manera. Incluso, una misma situación puede tener diferentes interpretaciones y, por tanto, reacciones distintas.